lunes, 6 de julio de 2015

Milagro llamado Mateo

Me gustaría compartir con ustedes mi experiencia con los productos del Dr. Jonáš. Pero no sé cómo empezar. Desde el principio, entonces.
Tengo 35 años y para mi edad ya he experimentado bastante. Tengo cuatro hijos – dos del primer matrimonio, dos del segundo. Todos están bien, a todos les va bastante bien. Con excepción de mi hijo menor Mateo.
Cuando estaba embarazada de Mateo, pasaba el peor período que me pudiera imaginar. Mi marido me deprimía causándome un estrés insoportable. No podía relajarme y percibir claramente el mundo alrededor, aún menos alegrarme de mi embarazo. Mi estado pronto se reflejó en el desarrollo de Mateo. En una consulta los médicos me dijeron que el feto era hipotrófico. Significa que el feto está vivo, se está desarrollando y todo está en orden, pero su peso es drásticamente bajo. Y lo era. Cuando Mateo nació, me asusté. Su piel estaba arrugada, transparente, y su cuerpecito era tan pequeñito que no creía que podía ponerse fuerte como los otros niños.
Pronto después del parto los médicos me comunicaron otro choque. Encontraron en mi cuerpo un gen relacionado con la aparición frecuente del cáncer. Fue la última gota de aceite echada al fuego. Es que todos mis familiares han muerto de cáncer, lo mismo en la familia de parte de mi marido. No quise desatender nada, así que obedecí la recomendación de los médicos y me sometí a la amputación de las glándulas de senos, útero y ovarios. No pensaba tener más hijos, pues bien. Sin embargo, la intervención me afectó profundamente. Desde entonces no me siento como mujer.
Para volver a mi hijo. Está afectado gravemente. Bueno, estaba. Se portó raramente. No se adaptaba, casi no comía, siempre tenía algún tic o sacudidas y temperatura elevada. Los médicos le diagnosticaron el síndrome de Tourret. Se trata de un defecto genético neurosicológico que se manifiesta así: mi hijo sin un estímulo exterior gritaba, gruñía, siempre pestañeaba y se le sacudían las comisuras de los labios. Este defecto no se puede curar.
Me conformé con que Mateo no entrara en un círculo infantil normal. Sin embargo, no podía conformarme con la perspectiva de que no podría llevar una vida normal. Estaba aplastada psíquicamente - por completo. Mateo frecuentaba un círculo al lado de una clínica psiquiátrica y siempre estaba bajo la supervisión de psiquíatras y neurólogos. No se adaptaba en absoluto y ni yo era capaz de acostumbrarme a su comportamiento extraño. Ni físicamente parecía bien de salud a pesar de ser hiperactivo. Tenía ojeras, su piel era transparente y era tan delgado, que le prohibían casi todas las actividades por miedo de las fracturas.

Un día me enteré del método de la desintoxicación controlada y gestionada según el Dr. Jonáš. Acudí a su consultorio y pedí el examen de mi hijo. No tenía nada que perder. Aunque no creía mucho en la ayuda de alguna desintoxicación, me tranquilizaba ese poquito de esperanza. El examen era muy difícil, pues mi hijo siempre temblaba y no quería colaborar. Pero se logró. Obtuvimos los resultados.¡Y tantos! Mi hijo tenía muchas toxinas en el cuerpo, el doctor lo llamó focos microbianos. Es que a veces supuestamente pasa pero las toxinas suelen afectar sólo partes marginales del cerebro. Mi hijo tenía afectado todo el cerebro y también pulmones, hígado y bazo.

El Dr. Jonáš me advirtió que en tal extensión y fase sería muy difícil hacer algo. ¡No obstante confió por lo menos en una mejora parcial, aunque pequeña! - Inmediatamente aprobé el método de la desintoxicación.
Mateo empezó a tomar los productos LiDren, Cran, ReDren, MiDren, Emo, Stre, NeDren
Los productos suelen tragarse, pero debido a su edad se los hacía absorber por la piel. 
Diez gotas al día. Duró tres meses…

¡Y sucedió un milagro! - Después de unas semanas empezaron a pasar cosas que me chocaron hasta más que el comportamiento anterior de mi hijo. Mateo empezó a cambiar. ¡De un día a otro, de un minuto a otro! - Lloré como una niña, lo abrazaba y apretaba y no lo podía creer. ¡Se convirtió en un chico tranquilo, empático, normal! - Me parecía que me iba a volver loca de alegría. Después de todo el estrés y miedo de pronto sentí la alegría de la vida. ¡Una alegría doble! Mateo mejoró su aprendizaje, sabe controlarse, sonríe y es mansito como un corderito.

Cuando llegamos al consultorio del Dr. Jonáš para el control, el médico habló de un milagro sin exagerar. Y yo estoy de acuerdo. El aparato Salvia sólo encontró la afectación en dos partes del cerebro. Debido a esta carga mi hijo sigue padeciendo de la falta de apetito y síndrome de cansancio, pero los otros problemas esenciales han desaparecido. Nada de tics, nada de temblores, nada de gritos…
¿Si pienso que fueron estos productos que le ayudaron a Mateo? ¡Estoy convencida de ello! Ninguna otra terapia se hizo. Estoy consciente de que la desintoxicación aún no se ha acabado. Y también sé de parte del señor Jonáš que en casos tan graves como nuestro Mateo había que esperar los resultados después de mucho más tiempo. ¡La rapidez con la cual mi hijito se ha recuperado es un milagro!

07/11/2012

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