miércoles, 1 de julio de 2015

A nuestra hija la liquidaba su propia inmunidad

Cuando entrábamos con mi esposo y nuestra pequeña hija (7 años) en la consulta del Dr. Jonáš, estábamos llenos de preocupaciones y miedo que nos acompañaban ya desde hace unos años.
Sabíamos que nuestra niña no estaba bien, y que su estado iba empeorando, los resultados negativos de diversos exámenes. Y tengo que decir sinceramente que temíamos de que tampoco el Dr. Jonáš con su método de desintoxicación fuera a tener éxito. Sin embargo, lo probamos.

Nuestra hija era hasta sus cuatro años una niña normal y saludable. No obstante, de pronto empezó a expresarse mal, como si olvidara algunas palabras y no supiera usarlas correctamente, con el habla iban empeorando también sus habilidades de movimiento, las manitas se le quedaban sin fuerza. Se convertía en una muñeca delante de nuestros ojos. Una vista horrible. Pero cuando le hablábamos, se notaba que nos comprendía. Su inteligencia no empeoraba. Sin embargo, de la escuela siempre llegaban avisos que había problemas con ella, porque no sabía concentrarse, olvidaba y no colaboraba.
Se sometió a diversos exámenes, ultrasonidos, diversos métodos de escáner, análisis de sangre… Todo estaba en orden. Los médicos no determinaron un diagnóstico ni recetaron medicamentos. Teníamos que esperar que la enfermedad se desarrollara con el tiempo. El estado de nuestra hija siguió empeorando.
Después de una corta entrevista sobre el estado de nuestra hija y del pasado nuestro y suyo el Dr. Jonáš procedió con la detección del aparato Salvia. Al empezar el examen comentó que no descartaba la posibilidad de que se tratara, por ejemplo, de la intolerancia de algún alimento, más precisamente intolerancia alimentaria. Supuestamente es muy difícil descubrirla pero sus consecuencias suelen ser fatales. La hipótesis del doctor se confirmó. El aparato midió la intolerancia de la caseína. Al principio estuvimos yo y mi esposo muy confusos y desconfiados. ¡Nuestra hija nunca ha padecido de alergias, irrupciones ni otra cosa que se relacionara con la intolerancia alimentaria! - Sin embargo, el Dr. Jonáš siguió su examen analizando el caso de nuestra hija.
Nos enteramos de que la causa de este defecto eran focos de borreliosis que afectaban fuertemente al cerebro de nuestra hija. Se encontraban en el tronco del cerebro, el lóbulo frontal, parietal y temporal de la corteza. ¡Los mismos focos los encontró el aparato Salvia también en mí y en nuestro hijo menor! - Por suerte, ni en mí ni en nuestro hijo los focos han afectado el sistema nervioso. En nuestra hija sí.
Como si fuera poco, descubrió la autoinmunidad. Sentí una gran confusión. Intolerancia de caseína, autoinmunidad, focos de borreliosis… ¿qué horrores son éstos? Nunca antes los había oído mencionar. El Dr. Jonáš nos explicó que el organismo de nuestra hija trabajaba en el régimen de autoinmunidad (significa que el sistema inmune afecta su propio organismo). Su aparición se debe a la intolerancia de la caseína. La obtuvo probablemente de los focos de borreliosis. El sistema autoinmune afectaba el cerebro de nuestra hija causando así una serie de defectos que se manifestaban en la esfera nerviosa.
Desde ese momento no sólo nuestra hija sino también yo y nuestro hijo tenemos que eliminar la caseína de nuestra alimentación. Recibimos varios productos que ayudarán a la desintoxicación de todas las partes afectadas. LiDren, VelienDren y Nodeg forman la base de la desintoxicación. Después nuestra hija tomará Gli-Glu, Mebol y Cran. Nos espera un largo camino que atravesar, no obstante, gracias a Dios ya no tenemos miedo. Nos ha tranquilizado conocer por fin la causa de los problemas de nuestra hija. ¡Y sabemos que no se trata de un defecto permanente ni enfermedad incurable! ¡Es la mejor motivación para no renunciar!


29/03/2012

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